En la última ronda de nominaciones del popular reality show «Gran Hermano», los concursantes enfrentaron un nuevo desafío que exigía más estrategia que nunca. Este peculiar sistema de nominación implicaba el uso de pelotas, que otorgaban puntos exclusivos para definir las candidaturas semanales. Cada uno de los participantes comenzó con tres pelotas y el mismo número de puntos, apuntando a acumular la menor cantidad posible para evitar la nominación. Sin posibilidad de comunicación entre ellos, los concursantes debieron maniobrar en silencio, moviendo sus pelotas o las de otros hacia diferentes objetivos, en un intento por influir en el estatus de nominación de sus rivales o aliados.
Durante el proceso, Ruvens abrió el juego moviendo las pelotas de sus compañeros: retiró tres de Edi, y distribuyó dos a Nerea y una a Luis, demostrando una táctica precisa para proteger a ciertos aliados. Las maniobras continuaron hasta que finalmente se reveló el resultado de las votaciones: Adrián lideró las nominaciones con ocho puntos, seguido por Ruvens y Juan, ambos con cinco, y Violeta y Daniela con tres cada uno. Con esta mecánica de nominación innovadora y silenciosa, «Gran Hermano» ha añadido una capa de complejidad al formato clásico, manteniendo a los espectadores al borde de sus asientos y demostrando que, en este juego, la estrategia y la astucia son tan importantes como las alianzas y las rivalidades.
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