Constancio Medrano, destacado cardiólogo pediátrico, ha sido nombrado nuevo director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón. Medrano, quien se desempeña como jefe del Servicio de Cardiología Pediátrica y coordina el Área del Corazón Infantil del mismo hospital, también preside la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC). Su trayectoria profesional se extiende desde la coordinación de unidades de referencia nacional en cardiología pediátrica hasta la docencia como profesor asociado de Pediatría en la Universidad Complutense de Madrid.
Con una sólida formación en gestión e innovación obtenida en el IE Business School, King’s Business School, y el MIT Sloan School of Management, Medrano inició su carrera como residente en Pediatría y Cardiología Pediátrica en el Gregorio Marañón. Desde entonces, ha equilibrado sus aportaciones en los campos clínico, docente, investigador y de gestión. En el ámbito de la investigación, ha liderado el grupo de cardiología pediátrica y trasplante cardíaco infantil del Instituto de Investigación del Hospital Gregorio Marañón (IiSGM) desde su creación.
Medrano ha sido una figura clave dentro del IiSGM, primero como miembro y ahora como secretario de la Comisión de Investigación. Su participación ha sido vital para la organización de jornadas de investigación e innovación, así como para el desarrollo de programas formativos y de apoyo a la investigación materno-infantil.
En su nuevo rol, Medrano tiene la visión de consolidar al Instituto como un referente en investigación de excelencia. Sus objetivos incluyen una mayor integración de pacientes y sociedad en el proceso de investigación, la promoción del talento y liderazgo, y el impulso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y la impresión 3D. Planea estimular la colaboración con ecosistemas de innovación en salud, expandir redes internacionales, y utilizar tecnologías docentes innovadoras, como la simulación, para avanzar en la formación.
«Todo ello con un claro enfoque de que la actividad científica debe ser un servicio público de alta calidad que estimula a los profesionales, mejora a los pacientes y repercute en toda la sociedad», ha afirmado Medrano, indicando su compromiso por una ciencia que beneficie tanto a los individuos como al conjunto de la comunidad.