La última edición de «La isla de las tentaciones» vivió un episodio lleno de tensiones y confrontaciones tras un inesperado giro en las relaciones dentro de la villa. Érika, la tentadora que había captado la atención de Eros, decidió centrar su interés en el recién llegado Álvaro, desatando una serie de enfrentamientos verbales. Durante una fiesta, Érika dejó clara su postura de no tener que justificar sus acciones a Eros, afirmando: «Yo no soy tu novia, puedo hacer lo que me dé la gana». La declaración avivó aún más las disputas entre los participantes, con Eros manteniéndose firme en que no albergaba rencores pero dudando de las intenciones de ella con Álvaro.
El drama no se limitó a Eros y Érika, ya que la tensión también se extendió entre las tentadoras. Érika acusó a su compañera Aída de dejar de hablarle por su acercamiento a Álvaro, lo que provocó que Aída la llamara una «mosquita muerta». La intervención de Mayeli fue necesaria para calmar los ánimos y evitar que la discusión se intensificara. Finalmente, Érika optó por alejarse del conflicto y enfocarse en su conexión emergente con Álvaro, declarando su intención de conocerse mejor en un ambiente más tranquilo. Estos eventos resaltan las dinámicas volátiles y complejas que caracterizan al popular reality show, donde las alianzas y traiciones están a la orden del día.
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