La nictinastia es un fenómeno fascinante presente en algunas plantas y flores, que se manifiesta en la apertura y cierre de sus pétalos u hojas en sincronía con el ciclo diario, siguiendo un patrón que simula tener un reloj interno. Este comportamiento fue estudiado por el destacado botánico sueco Carl Linneo en el siglo XVIII, quien diseñó un ingenioso «reloj floral» organizando un jardín donde las especies vegetales se abrían y cerraban a horas específicas del día. El mecanismo que permite esta sincronización no depende únicamente de la luz solar directa, sino que está regulado por los ritmos circadianos intrínsecos de cada planta.
El estudio y comprensión de la nictinastia revelan que estas plantas no solo muestran una fascinante adaptación al ciclo día-noche, sino que tal sincronización tiene implicaciones prácticas en la naturaleza, como la optimización de la atracción de polinizadores. Los ritmos circadianos no solo son un reloj biológico, sino que también permiten a las plantas maximizar sus posibilidades de reproducción, dado que su apertura ocurre en momentos del día cuando los polinizadores están más activos. Este complejo fenómeno es un ejemplo más de cómo la naturaleza ajusta sus mecanismos internos para interactuar de manera eficaz con el entorno.
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