En el último partido de la Premier League, el Manchester City de Pep Guardiola sufrió una amarga derrota por 1-0 ante el Nottingham Forest, exponiéndose así a caer de la cuarta posición en la tabla, la última que da acceso a la Champions League. El City, que recientemente invirtió 250 millones de euros en el mercado, apenas mostró señales de mejora en su juego. El equipo parece haber perdido su esencia enérgica y dinámica, ahora enfrentando una crisis de identidad y melancolía. La ausencia del mediocentro Rodri, vital para el esquema de Guardiola, ha mermado la capacidad del equipo para controlar los partidos, y parece que ninguno de los sustitutos ha podido llenar su vacío. Nico González, fichado en enero como una posible solución, mostró su inexperiencia al ser amonestado tras un error defensivo crítico.
La incertidumbre se ha extendido entre los jugadores clave del City, como Bernardo Silva, Gvardiol, Rúben Dias y Erling Haaland, quienes parecen haber perdido la confianza que los llevaba a liderar en otras temporadas. A pesar de las palabras alentadoras de Guardiola tras un reciente triunfo frente al Tottenham, la actuación ante el Forest destacó una inquietante falta de claridad ofensiva y solidez en el medio campo. El esquema táctico parece desajustado y la falta de un mediocentro competente ha dejado al equipo sin dirección clara. La entrada de Kevin De Bruyne en la segunda mitad intentó aportar salvación, pero el equipo no encontró el camino al gol. Guardiola se enfrenta así al reto de revitalizar un equipo que parece haber perdido su rumbo en el vibrante mundo del fútbol europeo.
Leer noticia completa en El Pais.