El regreso de Neymar al Santos, su club formativo, ha desencadenado una ola de entusiasmo en la ciudad portuaria que vio nacer al astro brasileño. El jugador, de 32 años, fue recibido con honores en una emotiva ceremonia en el estadio Vila Belmiro, donde Pelé forjó gran parte de su carrera. La expectativa entre la afición es palpable, esperando que el regreso del ídolo, quien hereda el mítico dorsal 10, impulse al equipo a revivir sus gloriosos días tras su reciente retorno a la primera división de Brasil. A pesar de que Neymar aseguró que no planeaba abandonar Arabia Saudí, su decisión cambió rápidamente al quedar fuera de los planes de su antiguo equipo, el Al Hilal. Ahora, vuelve al club que lo vio debutar hace 15 años con el objetivo de recuperar su pasión por el fútbol y ayudar al Santos en un periodo de crisis.
El impacto de su retorno es evidente, con un aumento significativo en el número de socios del club en solo dos días. Mientras llovía en el estadio, se celebró una fiesta con música rap y funk, reflejando el fervor y la esperanza renovada de la afición. Aunque su contrato con el Santos es corto, hasta la próxima ventana de traspasos en Europa, Neymar expresa su deseo de prepararse para liderar a la selección brasileña en el Mundial de 2026. La comunidad santista, pese a la incertidumbre sobre el futuro, se muestra ilusionada con la posibilidad de lograr títulos bajo el liderazgo de su prodigioso «menino». Aunque su paso por Arabia Saudí fue económicamente lucrativo, su nuevo capítulo en Brasil se enfoca más en el fútbol genuino y el sentimiento de pertenencia, marcando un contraste significativo en su carrera. Por ahora, Santos y sus seguidores sueñan con las promesas de felicidad y éxito futuro.
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