El ejército israelí ha reconocido haber disparado y matado a Omar Mohamad Rabea, un niño palestino-estadounidense de 14 años, en la localidad de Turmus Ayya, situada en Cisjordania. Según el comunicado militar, el menor fue identificado como «un terrorista» que lanzaba piedras contra vehículos en una carretera, representando una amenaza para los civiles. Este incidente también dejó heridos a otros dos menores de 13 y 14 años, quienes han sido atendidos por heridas de bala en un hospital cercano, según informó la Media Luna Roja Palestina. El Ministerio de Sanidad palestino confirmó el arresto y posterior fallecimiento de Omar tras sucumbir a sus heridas, generando una nueva ola de tensiones en la región.
La situación en Cisjordania se ha intensificado desde el inicio de las ofensivas israelíes contra Gaza, con un aumento en las redadas militares y ataques de colonos contra aldeas palestinas. El alcalde de Turmus Ayya, Lafi Shalabi, sostuvo inicialmente que el ataque fue perpetrado por colonos, quienes en ocasiones visten de uniforme. Este trágico suceso es un reflejo del recrudecimiento de la violencia en la región, acompañando los recientes bombardeos en Gaza, y evidencia el clima de conflicto y tensión en las relaciones entre israelíes y palestinos. Estos acontecimientos destacan la necesidad urgente de buscar soluciones que impidan la escalada de violencia y garanticen la protección de las vidas civiles, especialmente las de los más jóvenes.
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