El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha intensificado los bombardeos en Gaza, ignorando peticiones de investigar las fallas de seguridad que condujeron a los ataques del 7 de octubre. Sus acciones, que incluyen ataques a zonas definidas como «humanitarias», han dejado decenas de muertos y han complicado las negociaciones con Hamás, mediadas por Qatar y Egipto. A pesar de la presión internacional en contra de los ataques y las críticas internas, Netanyahu insiste en que su foco es derrotar a Hamás, alegando que están eliminando a sus comandantes y miembros claves. Mientras tanto, las familias de los rehenes y otros sectores, como el exministro Benny Gantz, critican la estrategia del primer ministro y sus efectos. La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y Egipto, sigue buscando un acuerdo para el retorno de los rehenes y el cese del conflicto.
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