El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha endurecido su posición frente a Hamás al suspender la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, tras el vencimiento de la primera fase de un alto el fuego que no logró avanzar hacia una segunda etapa de negociaciones. En una reunión de gabinete, Netanyahu advirtió a Hamás que «no habrá comidas gratis», criticando al grupo islamista por su control sobre los suministros y la asistencia humanitaria en Gaza, acusándolo de desviar estos recursos para financiar actividades terroristas. A pesar de los esfuerzos por abrir un nuevo camino de negociación, la falta de un acuerdo ha dejado las conversaciones estancadas, particularmente en torno a la liberación de los rehenes israelíes, que constituye el principal obstáculo para avanzar hacia un cese al fuego permanente.
El conflicto se ha intensificado con la propuesta reciente de Estados Unidos para extender la tregua durante el Ramadán y la Pascua judía, siempre que todos los rehenes sean liberados. Sin embargo, Hamás se opone a aceptar estas condiciones sin la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y el fin de la guerra, tal como estipula un acuerdo firmado en enero. Netanyahu, por su parte, ha apoyado la propuesta estadounidense, que describe como un «corredor para las negociaciones», aunque ha dejado claro que Israel retomará acciones militares si las negociaciones no resultan efectivas. La situación sigue siendo tensa y el futuro del conflicto aún es incierto, mientras los líderes internacionales buscan una solución que logre satisfacer ambos lados del conflicto.
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