Aaron David Miller, una figura influyente en la política estadounidense hacia Oriente Próximo, ha trabajado con numerosos secretarios de Estado de ambos partidos durante décadas, enfocándose en las complejas negociaciones árabe-israelíes. A través de su análisis, destaca los desafíos inherentes tanto desde Oriente Próximo como dentro de Estados Unidos, señalando que el éxito en estas negociaciones requiere determinación, inteligencia y sensibilidad. Actualmente, como investigador del Carnegie Endowment for International Peace, Miller observa el conflicto en Medio Oriente y las políticas de Estados Unidos con una cautela que refleja el frágil equilibrio entre riesgo y oportunidad en la búsqueda de la paz.
En una conversación sobre las posibles aproximaciones de Donald Trump y Kamala Harris hacia Oriente Próximo, se sugieren perspectivas significativamente distintas. Trump tendería a permitir un margen de maniobra más amplio para Israel y podría mostrarse más permisivo con las acciones israelíes, mientras Kamala Harris, cuyo estilo se prevé más alineado con el actual enfoque demócrata de Biden, podría priorizar el conflicto en la región con un enfoque menos beligerante. A pesar del apoyo incondicional de Biden a Israel, la guerra en Gaza y otros conflictos latentes como los enfrentamientos entre Israel e Irán, y el conflicto Israel-Hizbulá, siguen siendo tensiones no resueltas que podrían definir el futuro de la región. Las elecciones en EE.UU. podrían traer cambios, pero la realidad más palpable es que el liderazgo en ambas partes del conflicto seguirá siendo crucial para cualquier intento de mediación efectiva por parte de Estados Unidos.
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