El primer ministro y el ex ministro de Defensa Noel Gallant enfrentan restricciones significativas en sus desplazamientos internacionales debido al reconocimiento de la Corte Penal Internacional (CPI) por parte de 124 países. Esta medida se ha implementado en respuesta a presuntas acusaciones vinculadas a crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos bajo su administración. La aceptación de la jurisdicción de la CPI por estas naciones implica que ambos funcionarios podrían ser arrestados y sometidos a juicio si ponen un pie en cualquiera de estos territorios, limitando de manera drástica su movilidad internacional y afectando potencialmente sus actividades diplomáticas y políticas.
Esta situación subraya la creciente influencia de la CPI como organismo internacional en la supervisión de la justicia global, especialmente para altos funcionarios de gobiernos en funciones y exgobernantes. Aunque la restricción de viajes no implica una admisión de culpabilidad, establece un precedente significativo sobre la rendición de cuentas que los líderes mundiales pueden enfrentar cuando son acusados de violaciones graves de derechos humanos. Mientras tanto, dentro del panorama político internacional, este desarrollo podría generar tensiones diplomáticas entre los países que reconocen la jurisdicción de la CPI y los que no, complicando las relaciones bilaterales y la cooperación multilateral.
Leer noticia completa en El Mundo.