Nestlé ha presentado sus resultados financieros correspondientes a los primeros nueve meses de 2025, revelando una situación compleja donde las ventas reportadas alcanzaron los 65.869 millones de francos suizos, reflejando una caída interanual del 1,9%. Esta disminución se debe principalmente a un impacto cambiario adverso del 5,4%, un factor que ha lastrado los números a pesar del crecimiento orgánico del 3,3%, desglosado en un crecimiento real interno del 0,6% y un aumento del precio del 2,8%.
El tercer trimestre ha sido clave con un crecimiento orgánico que ha escalado al 4,3%, junto a una recuperación del crecimiento real interno hasta el 1,5%. Esto se debe en parte a inversiones estratégicas que buscan consolidar la compañía bajo la dirección del nuevo consejero delegado, Philipp Navratil. Él ha delineado un plan de acción para acelerar el crecimiento liderado por RIG, reasignar capital con mayor precisión, e invertir donde se esperan mayores retornos.
Nestlé ha incrementado su programa de ahorro «Fuel for Growth» a 3.000 millones de francos suizos para 2027 y ha anticipado medidas significativas, como la reducción de plantilla de aproximadamente 16.000 puestos, en su mayoría pertenecientes a funciones de oficina. La empresa justifica este ajuste como un paso «necesario para ganar velocidad» en el contexto de automatización de procesos.
En cuanto a las ventas por categorías, el café y la confitería han liderado el crecimiento, especialmente impulsados por el incremento de precios. Las Américas, Asia-Oceanía-África, Europa y divisiones específicas como Nespresso han contribuido al crecimiento orgánico, mostrando un panorama mixto donde se destacan tanto avances como desafíos, como la debilidad persiste en China.
El nuevo mandato de Nestlé enfatiza la necesidad de más inversión en áreas rentables y ajustes donde no lo son. La compañía busca un flujo de caja libre superior a 8.000 millones de francos suizos en 2025 y mantener un margen UTOP en o por encima del 16,0%. Nestlé se enfrenta a incertidumbres macroeconómicas, sobretodo en China, mientras avanza en la automatización de procesos como un pilar central de su estrategia para mantener la rentabilidad.
El enfoque cultural y financiero de la multinacional sugiere una «mentalidad de rendimiento» que priorice ganar cuota de mercado y desinversiones rápidas en áreas no rentables. Este enfoque también implica un compromiso con «respeto y transparencia» durante los inevitables recortes de plantilla, mientras la compañía se centra en asegurar su liderazgo a largo plazo mediante un crecimiento orgánico mejorado.