En un esfuerzo por modernizar la infraestructura subterránea, se han instalado 1.600 dispositivos a lo largo de 48 kilómetros bajo tierra, representando una inversión de 141.000 euros. Este avance hace parte de un proyecto mayor que busca optimizar la eficiencia y seguridad de la red. Las autoridades han destacado que estas iniciativas son cruciales para garantizar un servicio más robusto y adaptable frente a las crecientes demandas urbanas. Los dispositivos incorporan tecnología de punta para monitorear y gestionar de manera más efectiva las operaciones subterráneas.
Está previsto que la instalación se complete a finales de este año, cuando el número de dispositivos aumentará a 2.700 unidades al incorporarse el resto de la red subterránea. Este proceso no solo impulsará mejoras significativas en la administración de la infraestructura, sino que también proporcionará datos valiosos para futuras expansiones. El plan es parte de una estrategia más amplia para integrar soluciones tecnológicas avanzadas que respondan a los desafíos actuales, asegurando que el sistema esté alineado con las necesidades futuras de la población.
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