El frescor de las noches madrileñas se colará en la Sala Max Aub de Nave 10 Matadero con la llegada de «A la fresca», el nuevo espectáculo de la aclamada compañía Los Despiertos, bajo la batuta del talentoso Pablo Rosal. Del 6 al 23 de febrero, el teatro se convertirá en un refugio donde el poder de la palabra y la esencia de la comunidad brillarán con fuerza.
Israel Frías, Luis Rallo y Alberto Berzal encabezan el reparto de esta sugerente fábula que evoca el mágico encuentro de tres desconocidos unidos por la conversación al aire libre. La obra revela la importancia de poder conectar y compartir experiencias en un mundo cada vez más atareado y frenético.
El telón se alzará para presentar a Eusebio, un escritor interpretado por Luis Rallo, quien regresa a la ancestral casa de campo de su familia en busca de paz e inspiración. Allí se cruza con Matilde, una cocinera encarnada por Israel Frías, y Manolo, un albañil local a quien da vida Alberto Berzal. Juntos crean un microcosmos donde florece la amistad, alimentada por charlas bajo el cielo estrellado.
Rosal, tras el éxito de «Los que hablan», consolida su distintiva voz poética con «A la fresca». En sus palabras, la obra es una oda a la lentitud, una celebración de las pausas en el camino y un llamado a redescubrir la magia de las conversaciones cotidianas. «Reivindicamos la belleza del tiempo detenido, el placer de perderse en charlas interminables mientras el día se niega a concluir», señala Rosal.
El diseño escénico e iluminación de Javier Ruiz de Alegría, el sonido a cargo de Arsenio Fernández y el vestuario de Felisa Kosse, conforman la atmósfera perfecta para este cuadro teatral que invita al público a desconectar y a sumirse en la poesía del momento presente. La función del viernes 21 de febrero contará con accesibilidad total, incluyendo sobretítulos y audiodescripción, para permitir que todos puedan disfrutar de esta vivencia única.
Además, «A la fresca» forma parte del programa JOBO, Joven Bono Cultural, para jóvenes de entre 16 y 26 años, asegurando así que las nuevas generaciones puedan seguir explorando el vibrante mundo del teatro. En definitiva, la obra promete ser no solo un espectáculo, sino una experiencia revitalizante que sella la consagración de Rosal como una de las figuras más singulares de la dramaturgia actual en España.