El satélite Tanager-1, equipado con un instrumento desarrollado por la NASA, ha comenzado a monitorear grandes emisiones de metano y dióxido de carbono en diversas regiones del mundo, ofreciendo una herramienta de alta precisión para identificar las fuentes de estos gases que contribuyen al cambio climático. Bajo el liderazgo de la ONG Carbon Mapper, el proyecto ha revelado sus primeros hallazgos: columnas significativas de metano en Pakistán y Texas, así como un importante flujo de dióxido de carbono en Sudáfrica. Estos esfuerzos no solo apuntan a reconocer quién está contaminando, sino que, crucialmente, toda la información será de acceso público, fomentando así la transparencia y la rendición de cuentas en la lucha contra las emisiones.
El lanzamiento de Tanager-1 desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, como parte de una coalición financiada por filántropos, promete revolucionar el monitoreo de gases de efecto invernadero a escala global. Utilizando un espectrómetro de imágenes de avanzada tecnología, diseñado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, el satélite tiene la capacidad de explorar hasta 300,000 kilómetros cuadrados de la superficie terrestre diariamente, identificando las emisiones a nivel de instalaciones específicas. Los detalles de estas emisiones, considerando la gravedad de los hallazgos—como una columna de metano de cuatro kilómetros en un vertedero de Pakistán—se pondrán a disposición en el portal de datos Carbon Mapper, estableciendo un nuevo estándar en el acceso abierto a información crucial para la política ambiental y la justicia climática.
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