Narvik, una pequeña ciudad portuaria noruega situada a más de 200 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, está a punto de convertirse en un centro clave para la computación de inteligencia artificial en Europa. Microsoft, Nscale y Aker han cerrado un acuerdo valorado en 6,2 mil millones de dólares para desarrollar una infraestructura avanzada de IA y computación en la nube, completamente alimentada por energía renovable, en este remoto enclave.
El proyecto, que se desarrollará en fases a partir de 2026 con un compromiso inicial de cinco años, tiene como objetivo potenciar la capacidad de cómputo acelerada con GPU, una tecnología esencial para el entrenamiento de modelos de IA de última generación. Se espera que este despliegue sea uno de los mayores de su tipo a nivel mundial, brindando servicios tanto al sector público como al privado en toda Europa.
La elección de Narvik no es casual. Esta localidad ofrece una combinación única de factores que hacen viable la iniciativa: abundante energía hidroeléctrica, baja demanda eléctrica local y una capacidad de transmisión asegurada. Además, el clima frío de la región mejora la eficiencia térmica de los centros de datos, lo que se traduce en energía asequible, condiciones climáticas favorables y suelo industrial ya preparado.
Este proyecto persigue tres objetivos estratégicos: garantizar soberanía y confianza en la capacidad de IA dentro de Europa, mejorar la eficiencia operativa y asegurar la escalabilidad y resiliencia de la infraestructura. Para Microsoft y sus socios, construir este hub en Narvik significa ofrecer servicios de IA avanzados desde una plataforma europea sostenible.
La creciente demanda de cómputo de IA, junto con los elevados precios eléctricos y la congestión de la red en muchos países europeos, hace que el norte de Europa, y específicamente Noruega, sea cada vez más atractivo. Narvik se convierte en el puente perfecto entre Escandinavia y el resto del continente, facilitando competitivas latencias para servicios europeos.
El enfoque escalonado del desarrollo permitirá la sincronización con la disponibilidad de infraestructura y hardware, reduciendo riesgos operativos y regulatorios. Según representantes de Microsoft, Nscale y Aker, este proyecto no solo coloca a Narvik en el mapa tecnológico, sino que también podría convertir a Noruega en un líder en capacidad digital estratégica.
Aunque todavía no se han publicado cifras concretas sobre el impacto en el empleo o la capacidad final, se espera que el proyecto genere un impulso significativo en la economía local y un efecto positivo sobre los proveedores de servicios asociados, como refrigeración y MLOps. Sin embargo, el éxito dependerá de cumplir con las exigencias regulatorias, la disponibilidad de GPU y la evolución de la demanda.
En un contexto en el que Europa busca asegurar su capacidad de computación para IA sin depender excesivamente de terceros países, el desarrollo en Narvik podría servir de modelo para futuros centros en el norte de Europa, ayudando a aliviar la presión sobre otros mercados energéticos saturados. Si se cumplen los plazos y los costes se mantienen competitivos, Narvik podría convertirse en un referente de sostenibilidad y eficiencia en el mundo de la computación de IA.
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