El reciente Día Mundial de la Narcolepsia, celebrado el pasado 22 de septiembre, ha puesto de manifiesto un problema persistente en el campo de la salud: el infradiagnóstico de esta enfermedad neurológica. En España, se estima que alrededor de 25.000 personas padecen narcolepsia, pero más del 60% aún no han recibido un diagnóstico preciso. Según datos de Bioprojet, esta situación prolonga el sufrimiento de los afectados, afectando su capacidad para llevar una vida normal en aspectos como el estudio, el trabajo y las relaciones personales.
La narcolepsia se manifiesta principalmente a través de una somnolencia diurna excesiva y episodios de sueño incontrolables en momentos inesperados. Los pacientes también pueden experimentar pérdida súbita del tono muscular, sueños vívidos, alucinaciones al comienzo o al final del sueño, y parálisis del sueño. Preocupantemente, el 75% de los pacientes comienzan a mostrar síntomas antes de los 18 años, pero estos signos a menudo se confunden con falta de interés o problemas de conducta, complicando su detección.
El proceso hasta obtener un diagnóstico en España puede tardar, en promedio, una década. Este retraso se debe a un desconocimiento general sobre la narcolepsia y a su confusión con trastornos como la depresión o el insomnio. Sin embargo, un diagnóstico temprano es vital, ya que el tratamiento adecuado puede devolver la estabilidad y normalidad a la vida de los pacientes.
Con el fin de abordar este problema, Bioprojet ha lanzado la campaña «SE BUSCA», que busca concienciar sobre la enfermedad utilizando un lenguaje cercano. Apoyada por la Sociedad Española de Sueño y la Asociación Española de Narcolepsia e Hipersomnias Centrales, la iniciativa incluye publicidad digital y materiales en espacios públicos. Además, ofrece un sitio web donde las personas pueden realizar un test de diagnóstico y recibir orientación sobre los pasos a seguir.
Es crucial que, ante la sospecha de narcolepsia, los individuos consulten a un especialista, sobre todo si los síntomas interfieren en su vida diaria o incluyen pérdidas de fuerza y parálisis del sueño. La toma de conciencia y la educación sobre esta enfermedad son esenciales para lograr diagnósticos más tempranos y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.