El flujo monetario entre Elon Musk y Donald Trump sigue vigente, especialmente tras un reciente acuerdo entre la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter, y el expresidente de Estados Unidos. La red social, propiedad de Musk, ha acordado indemnizar a Trump con 10 millones de dólares, una decisión que sigue la readmisión del político en la plataforma hecha por Musk en noviembre de 2022, tras haber sido vetado en enero de 2021 debido al asalto al Capitolio. Pese a que Trump había interpuesto una demanda contra Twitter, que fue inicialmente desestimada, el proceso legal continuó en una instancia superior. Finalmente, los abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo, retirando el recurso judicial en curso. Este movimiento ha suscitado debates sobre posibles conflictos de interés, considerando la posición influyente de Musk como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental y su significativa contribución económica a la campaña de Trump.
En un contexto más amplio, Trump también ha buscado reparaciones financieras de otras grandes compañías tecnológicas. Meta, dirigida por Zuckerberg, acordó pagar 25 millones de dólares por la suspensión de las cuentas de Trump, destinando la mayor parte de esta cifra a un fondo para una biblioteca presidencial del republicano. Los litigios también se extienden a Google y medios de comunicación como ABC News y CBS, evidenciando la estrategia de Trump de recurrir a vías legales para abordar las disputas surgidas tras su salida de las plataformas digitales. Durante su tiempo como presidente, Trump utilizó Twitter para comunicarse directamente con el público, un hábito que contribuyó a su suspensión tras el asalto al Capitolio, debido al riesgo percibido de incitar más violencia. Este complejo entramado de acciones legales y acuerdos financieros destaca la tensa relación entre Trump y las corporaciones tecnológicas en una era de creciente escrutinio sobre la libertad de expresión y la responsabilidad de las plataformas digitales.
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