El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, enfrenta tensiones internas con su ministro de Exteriores, Luis Gilberto Murillo, debido a la controversia desatada por el nombramiento del activista Daniel Mendoza como embajador en Tailandia. Tras el anuncio, surgieron en redes sociales comentarios sexualizados vinculados a Mendoza, que él alega son extractos de uno de sus libros, aunque no han podido ser verificados. La situación generó incomodidad en Murillo, quien se mostró incapaz de seguir leyendo las informaciones publicadas y decidió no tolerar que sus asesores las revisaran en reuniones. Este desacuerdo marcó un momento de alta tensión entre Petro y su canciller, en un evento poco común en sus relaciones políticas.
Murillo se mantuvo firme en su oposición al nombramiento, calificándolo de “inviable” y actuando rápidamente desde Chile, donde se encontraba al momento de estallar la polémica. En menos de 10 horas a su regreso a Bogotá, logró que Mendoza declinara el nombramiento, en un movimiento crucial para mitigar el impacto de la controversia. Aunque Petro no cambia de opinión fácilmente, este suceso lo ha llevado a reconsiderar su decisión inicial. Ambos líderes buscan ahora rehacer sus lazos y superar el desacuerdo, con encuentros planeados en las islas Galápagos y México, donde también se reunirán con el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, para avivar la diplomacia regional.
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