En México, el Día Internacional de la Mujer se ha conmemorado nuevamente con manifestaciones masivas en todo el país, destacándose la gran concentración de personas en la Ciudad de México. Miles de mujeres participaron en marchas para exigir igualdad y protestar contra la violencia de género, una lacra que el año pasado dejó 839 feminicidios según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Las pancartas y consignas resonaron en las calles, denunciando la violencia machista y llamando a la acción social y gubernamental. Este año, las movilizaciones estuvieron marcadas por una atmósfera menos tensa respecto a años anteriores, dado el cambio en la presidencia. Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta, enarboló el lema «Llegamos todas», aunque esto no ha acallado las críticas, especialmente de los familiares de personas desaparecidas que aún no ven avances significativos en sus causas.
Desde temprano, las mujeres comenzaron a reunirse en emblemáticos puntos de la capital, como el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución, rumbo al Zócalo. La marcha fue un conjunto de expresiones artísticas y reivindicativas: canciones, batucadas, y mensajes creativos se fusionaron en un festivo pero exigente clamor de justicia. Las demandas incluyeron desde la atención a desapariciones hasta reformas legales sustanciales para proteger a las mujeres. Destacó la amplia participación de madres acompañadas de sus hijos, reflejando el deseo de transmitir un legado de resistencia y esperanza a las futuras generaciones. Las manifestantes no solo denunciaron a los agresores, sino que también reclamaron al gobierno más efectividad en la lucha contra el machismo institucional, mostrando así un movimiento que, aunque festivo, no pierde de vista sus objetivos principales: justicia, seguridad y equidad.
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