Este domingo, más de 160.000 personas salieron a las calles de Berlín en una manifestación masiva contra el extremismo de derecha y la reciente colaboración entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Friedrich Merz y el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Bajo el lema ‘Levantamiento de los decentes’, los manifestantes exigieron a los partidos políticos un distanciamiento claro de la ultraderecha, en un contexto de creciente preocupación por la influencia de estas ideas en la política del país. La protesta se intensificó tras la aprobación en el Bundestag de una propuesta de resolución no vinculante conjunta entre la CDU y la AfD para frenar la inmigración irregular, lo que ha desatado críticas sobre posibles alianzas con el extremismo radical. Las cifras de la policía, corroboradas con imágenes aéreas, indicaron una participación significativamente mayor a la esperada, con relatos de hasta 250.000 asistentes según los organizadores.
En medio del ambiente de tensión política a tres semanas de las elecciones generales, Michel Friedman, un publicista crítico que recientemente se retiró de la CDU, subrayó durante el evento que “la dignidad del ser humano es inviolable” y denunció el odio promovido por la AfD. Calificó como «error inexcusable» la colaboración de la CDU/CSU con la ultraderecha, alertando sobre la preocupación de que una de cada cinco personas en Alemania está dando su apoyo a esta formación radical. Con el congreso de la CDU programado para el lunes, la ciudad se prepara para más protestas, reflejando el intenso debate nacional sobre identidad, inmigración y el creciente desafío que supone la extrema derecha para la democracia alemana. En este contexto, las tensiones políticas y sociales apuntan a una campaña electoral especialmente polarizada, donde el papel de partidos como AfD genera preocupación tanto a nivel nacional como internacional.
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