En la capital española, este 8 de marzo, se celebraron dos marchas en el marco del Día Internacional de la Mujer, reflejando la división interna del movimiento feminista en Madrid, vigente desde hace cuatro años. Un total de 34.500 personas se sumaron a ambas convocatorias, una cifra ligeramente superior al año anterior pero significativamente inferior a los niveles de participación registrados antes de la división del movimiento. La primera manifestación, organizada por la Comisión 8M y celebrada al mediodía, congregó a 25.000 personas bajo la lluvia y viento provocados por la borrasca Jana. Esta marcha estuvo marcada por consignas antirracistas y llamadas a la unidad en la diversidad, contando con la destacada presencia de figuras de la izquierda española. Por su parte, la manifestación del Movimiento Feminista de Madrid, celebrada en horas de la tarde, reunió a 9.500 participantes, quienes abogaron por una agenda abolicionista en relación a la prostitución y la protección de los derechos de las mujeres.
Las marchas reflejan no solo diferencias numéricas sino también divisiones ideológicas, con un grupo centrado en la defensa de la Ley Trans y otro en la abolición de la prostitución. La asistencia ha mostrado una ligera tendencia al alza desde el punto más bajo registrado en 2023, aunque sigue lejos de los niveles alcanzados en años previos a la división. En 2018 y 2019, las marchas unitarias llegaron a congregar a cerca de 300.000 personas, una cifra que contrasta con las actuales. Además de sus respectivos enfoques temáticos, ambas manifestaciones dedicaron espacio a críticas a actores políticos y a las recientes controversias relacionadas con casos de violencia de género. Las manifestantes, tanto en la comisión 8M como en el Movimiento Feminista de Madrid, han expresado sus posturas no solo sobre cuestiones de género, sino también sobre temas de derechos humanos y justicia social, reflejando la complejidad y amplitud del movimiento feminista actual en España.
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