El Vaticano ha anunciado que el cuerpo del Papa será expuesto al público durante tres días en la Basílica de San Pedro, permitiendo así que los fieles y seguidores de todo el mundo rindan homenaje al líder espiritual de la Iglesia Católica. El difunto será colocado en un ataúd de madera, solemnemente vestido con una sotana roja, su mitra de obispo y un rosario entre sus manos, elementos que simbolizan su compromiso y dedicación al servicio religioso. Se espera una afluencia masiva de peregrinos y visitantes que acudirán para mostrar respeto y recordar su legado.
Las autoridades vaticanas han puesto en marcha un operativo de seguridad y logística para gestionar la gran cantidad de personas previstas en el corazón de Roma durante estos días. Los fieles tendrán la oportunidad de ver al Papa en un entorno de paz y reflexión, mientras que el dispositivo asegura un flujo constante y ordenado de visitantes. Este evento refleja la profunda conexión emocional y espiritual que el Papa mantenía con millones de personas alrededor del mundo. La afluencia y el interés global subrayan la influencia duradera de su liderazgo en la comunidad católica y más allá.
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