Una mujer está siendo investigada por un presunto delito de extorsión tras acumular 16.300 euros en un periodo de ocho meses, al manipular a diversas personas para obtener imágenes de carácter sexual. La investigada utilizaba tácticas para ganarse la confianza de sus víctimas y posteriormente las amenazaba con divulgar dichas imágenes si no cumplían con sus exigencias económicas. Este caso pone de relieve los peligros del intercambio de contenido íntimo en plataformas digitales y la necesidad de más educación sobre seguridad en línea.
El modus operandi de la sospechosa consistía en acercarse a sus víctimas de manera amistosa, construyendo una relación de confianza que facilitaba la obtención del material comprometedor. Una vez en posesión de las imágenes, procedía a chantajear a sus víctimas, exigiendo dinero para evitar su difusión. La investigación de este caso se enmarca en una creciente preocupación por el aumento de delitos informáticos, evidenciando la urgencia de mejorar las medidas preventivas y la protección de la privacidad en la era digital.
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