En un contexto de incertidumbre política y creciente preocupación por el futuro del país, diversos sectores de la sociedad han comenzado a manifestar su temor ante la posibilidad de que se instaure un régimen autoritario. El sentimiento de inquietud ha ido en aumento debido a acciones gubernamentales percibidas como restricciones a la libertad de expresión y el debilitamiento de las instituciones democráticas. Muchos ciudadanos expresan que están presenciando movimientos y decisiones gubernamentales que no tenían precedentes en la historia reciente del país, lo que ha provocado que varios líderes de opinión y defensores de los derechos humanos eleven sus voces en busca de garantías democráticas.
La situación se ha intensificado en medio de discursos polarizantes y medidas consideradas como autoritarias, que han generado una atmósfera de desconfianza hacia el gobierno. Los ciudadanos se encuentran en estado de alerta, observando detenidamente cada acción del gobierno en busca de indicios que puedan confirmar sus temores de una erosión de las libertades civiles y los derechos fundamentales. Este ambiente ha propiciado un aumento en las conversaciones públicas sobre la protección de la democracia, con llamados al fortalecimiento de las instituciones y la participación ciudadana activa para asegurar que el poder no sea concentrado sin ningún tipo de control ni contrapeso.
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