El transporte es uno de los mayores retos ambientales para la Unión Europea, representando un cuarto de sus emisiones de gases de efecto invernadero, según la Comisión Europea. En áreas urbanas, el tráfico rodado es responsable del 75% de las emisiones de dióxido de carbono, según Greenpeace. Banco Santander ha respondido a este desafío con un plan específicamente diseñado para reducir el impacto ambiental del transporte en sus sedes de Madrid, facilitando el uso de lanzaderas para empleados desde puntos clave de la ciudad y promoviendo el uso de rutas internas en su campus en Boadilla del Monte. Estas medidas buscan minimizar el uso de vehículos privados y fomentar una movilidad más sostenible.
Además, Banco Santander impulsa un plan internacional para promover la movilidad sostenible. En México, se ha asociado con VEMO para fomentar el uso de tecnologías limpias, y en Reino Unido, colabora con Transport for London en el sistema de bicicletas compartidas Santander Cycles, que ya ha reducido millones de kilogramos de emisiones de CO₂. Estas iniciativas reflejan su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, apuntando hacia las cero emisiones netas de carbono para 2050. A través de estas acciones, Santander busca fortalecer su responsabilidad climática y fomentar estilos de vida más sostenibles entre sus empleados y clientes.
Leer noticia completa en El Pais.