Casi 60.000 estudiantes están a la espera de obtener una cita para examinarse y conseguir el permiso de conducir en la región. Esta situación está generando un crecimiento en la incertidumbre y ansiedad entre los jóvenes que dependen del carné para movilidad personal o profesional. Las academias de conducción están experimentando saturación, con listas de espera que no hacen más que alargarse debido a la falta de examinadores. Esta problemática se arrastra desde hace meses, afectando el calendario de pruebas y desplazando las expectativas de quienes esperan iniciar su formación práctica en el asfalto.
Las autoridades han señalado que se están tomando medidas para resolver el retraso, incluyendo la contratación de nuevos examinadores y la optimización de recursos. Mientras tanto, los estudiantes y las autoescuelas demandan soluciones inmediatas que alivien el cuello de botella actual. El sector del transporte también se ve afectado de manera indirecta, ya que el acceso a nuevos conductores capacitados es crucial para mantener la fluidez del mercado laboral. La espera prolongada no solo influye en las oportunidades individuales de los jóvenes, sino que además plantea un desafío significativo para la infraestructura de movilidad general de la región.
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