Este domingo, el Consejo Nacional de Morena se reunió en medio de uno de los mayores escándalos políticos que ha sacudido al partido desde su fundación. El evento estuvo marcado por las acusaciones de narcotráfico contra Hernán Bermúdez, antiguo jefe de Seguridad del Estado de Tabasco bajo el liderazgo de Adán Augusto López, actual coordinador de senadores. López, tras días de silencio, reapareció para enfrentar el intenso escrutinio de la prensa sobre sus posibles conocimientos de las actividades ilícitas de Bermúdez, también conocido como «Comandante H». Durante el encuentro, fue recibido con muestras de apoyo de sus colegas partidarios, quienes se esforzaron por reforzar la unidad en un momento crítico para el partido. La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, subrayó la necesidad de que todos los militantes respondan por sus actos y llamó a la autoridad a resolver las acusaciones con celeridad.
En el contexto actual, Morena busca reafirmar su compromiso con los principios de renovación política y justicia que lo vieron nacer, todo bajo la sombra del influyente Andrés Manuel López Obrador. El partido enfrenta desafíos internos y externos, especialmente con las próximas elecciones intermedias de 2027 en el horizonte. La dirigencia del partido persiste en su esfuerzo por consolidar su estructura a nivel local y fortalecer su base, a pesar de la oposición debilitada y los conflictos internos. Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional, abogó por una unidad que trascienda el oportunismo político, indicando que las incorporaciones al partido deben basarse en la convicción y no en el cálculo político. En este sentido, se busca evitar repetir pasados polémicos, como las alianzas con figuras cuestionables de otros partidos. La reunión demuestra un esfuerzo concertado por mantener la confianza pública y profundizar en los principios éticos que han sustentado históricamente al partido.
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