En la plaza de toros de Marbella, Morante de la Puebla protagonizó una faena memorable al lidiar con gran destreza a un toro que casi le cuesta un grave percance. Durante la corrida nocturna, conocida como la de Los Candiles, el veterano torero mostró un despliegue de arte a pesar de sufrir una aparatosa caída que le dejó una brecha en la cabeza. Morante supo sobreponerse al susto, culminando su actuación con una estocada caótica que le valió dos orejas y el rabo, consolidando su posición como el rey del ruedo frente a sus competidores más jóvenes, Juan Ortega y Pablo Aguado.
Ortega y Aguado también mostraron su maestría en la plaza, dejando pasajes de gran belleza que por momentos encandilaron a los asistentes. Sin embargo, ninguno logró eclipsar la actuación del experimentado torero. Ortega, con sus verónicas magistrales, y Aguado, con detalles de alta escuela, fueron aplaudidos por el público. La corrida, organizada por Canal Sur, evidenció las exigencias de los toros de Garcigrande, conocidos por su nobleza, pero la verdadera atracción de la noche fue la presencia de Morante, quien no permitió que nadie le arrebatara el protagonismo, reafirmando su estatus en una plaza que renació con este emotivo espectáculo taurino.
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