En una tarde taurina llena de emociones, el maestro volvió a demostrar su valía en el ruedo, pese a que no logró el ansiado triunfo. Su actuación fue ovacionada por el público, destacándose por su maestría y temple. A pesar de no cortar orejas, el torero se llevó una vuelta al ruedo, un gesto que refleja el reconocimiento del respetable hacia su entrega y arte. La lidia se llevó a cabo en un ambiente animado por una imponente exhibición del campo charro, que mostró la bravura y casta de los astados, contribuyendo a la tensión y emoción de la jornada.
Por otro lado, Borja Jiménez y Alejandro Talavante no lograron estar a la altura de las circunstancias con sus respectivos lotes, aunque ambos consiguieron cortar una oreja cada uno. Jiménez mostró destellos de su talento, pero no lo suficiente para redondear la faena. Talavante, por su parte, dejó entrever momentos de inspiración que no llegaron a cuajar del todo. En conjunto, la tarde se presentó como una mezcla de momentos sobresalientes y oportunidades perdidas, en un espectáculo que dejó satisfechos a los aficionados, pero con un sabor agridulce por la ausencia de triunfos rotundos.
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