La selección española femenina de fútbol atraviesa un periodo de reajuste tras su decepcionante desempeño en los Juegos Olímpicos. La seleccionadora Montse Tomé ha implementado cambios significativos para fomentar el compañerismo y mejorar la dinámica del grupo. Prescindiendo de jugadoras clave como Jenni Hermoso, Irene Paredes y Misa Rodríguez, Tomé busca formar un equipo cohesionado que valore la convocatoria a la selección como un privilegio. Aunque estas futbolistas no están vetadas de forma indefinida, su exclusión se debe a situaciones que trascendieron fuera del campo, lo que ha llevado a Tomé a enfatizar la importancia de la colaboración y el saber estar en momentos difíciles.
Tomé busca erradicar los problemas de convivencia y actitudes negativas que han generado tensiones internas en el pasado. A pesar del éxito anterior del equipo, como la clasificación histórica a los Juegos Olímpicos, las fricciones persistieron, erosionando el ánimo del grupo. Ahora, con vistas a la Eurocopa de 2025 en Suiza, la seleccionadora aspira a replicar la fórmula de éxito adaptada por Luis de la Fuente. Tomé ha tomado decisiones audaces para intentar recuperar el nivel máximo de rendimiento, buscando que el equipo no solo gane, sino que también redefina su identidad y unidad en el escenario mundial del fútbol femenino.
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