El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado este mes de noviembre dos importantes proyectos de reforestación en el barrio de Montecarmelo, situado en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Con una duración estimada de cuatro meses, estas actuaciones buscan reforzar la cubierta vegetal del área, alineándose con la estrategia de mejora y ampliación de zonas verdes que la ciudad capitalina viene implementando desde hace cinco años bajo la dirección de Borja Carabante, del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Desde el comienzo de esta estrategia en 2019, Madrid ha invertido 107 millones de euros en 96 proyectos completados de un total de 118 previstos.
La primera intervención se centrará en la reforestación de diversas áreas verdes mediante la creación de nuevas cubiertas vegetales. Este esfuerzo se dirige especialmente a mitigar el impacto visual y ambiental que las infraestructuras viarias, como la vía del ferrocarril y las carreteras M-40 y M-607, generan en el entorno. Para ello, se plantarán 3,120 árboles adaptados al clima madrileño, mayormente pinos como el Pinus halepensis y el Pinus pinea, así como encinas dispersas (Quercus rotundifolia). Estas especies, caracterizadas por su bajo requerimiento hídrico, contribuirán a la consolidación de una masa forestal de calidad que protegerá el suelo, fomentará la biodiversidad y servirá como refugio para la fauna local. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 778,940 euros.
La segunda actuación tendrá lugar en la avenida del Santuario de Valverde y sus calles circundantes. Aquí se plantarán 2,230 árboles, incluyendo ejemplares de pinares, cedros (Cedrus deodara), eleagnos (Eleagnus angustifolia) y enebros (Juniperus oxycedrus), entre otros. Se instalará un sistema de riego por goteo en determinadas áreas, como el Camino de la Cañada, para asegurar el correcto establecimiento de los nuevos ejemplares. Este proyecto posee un presupuesto de 631,000 euros.
Ambas intervenciones no solo buscan reforzar e incrementar la estructura del ecosistema original del barrio, sino también ofrecen beneficios recreativos y ambientales, como la absorción de CO2, contribuyendo así a la reducción de la huella de carbono de Madrid. El enfoque en especies autóctonas y de bajas necesidades hídricas no solo asegura la resiliencia del paisaje ante la variabilidad climática, sino también proporciona un entorno natural mejorado que los residentes del nuevo barrio de Montecarmelo podrán disfrutar.