En lo que va de 2025, España enfrenta una temporada de incendios forestales sin precedentes, con más de 348.000 hectáreas arrasadas, según estimaciones del sistema europeo EFFIS. Este dato supera notablemente la media de los últimos 18 años, que se situaba en unas 54.000 hectáreas para estas fechas. Galicia, Extremadura y Castilla y León están entre las regiones más afectadas. La información se obtiene a través de sofisticados sistemas satelitales que detectan focos de calor, como el utilizado por la NASA, permitiendo un seguimiento en tiempo real de los incendios activos. Esta devastación actual eclipsa incluso el impacto de los incendios del año anterior, cuando se quemaron 286.000 hectáreas hasta mediados de agosto.
Los incendios han impactado principalmente áreas forestales y de vegetación, que han constituido más del 75% de la superficie afectada en la última década. Mientras que las zonas urbanas han sufrido un daño mínimo, de solo un 0.3%, las áreas agrarias han visto un impacto del 11,6% desde 2016. Actualmente, un porcentaje significativo de la península ibérica se encuentra en peligro extremo de incendio, lo que agrava aún más la situación. A nivel europeo, el panorama es alarmante, con el área quemada superando ampliamente la media, impulsada por devastaciones significativas en países como Rumanía. Esta situación recuerda el crítico año 2017, cuando Portugal sufrió incendios masivos tras un periodo de intensa sequía.
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