Maia Sandu ha ganado las elecciones presidenciales en Moldavia, reafirmando su liderazgo con un contundente respaldo popular. Tras una campaña centrada en la lucha contra la corrupción y el impulso hacia una mayor integración con Europa, Sandu ha conseguido consolidar su posición en el escenario político moldavo. Su victoria representa un paso significativo en la dirección de sus promesas reformistas, que buscan alinear más estrechamente a Moldavia con los estándares y valores europeos. Sin embargo, este triunfo no viene sin desafíos, pues su administración deberá enfrentar múltiples obstáculos internos y externos para lograr sus objetivos.
A pesar de la contundente victoria de Sandu, el referéndum propuesto para determinar la adhesión de Moldavia a la Unión Europea sigue siendo una cuestión incierta. La situación refleja la división en el país respecto a su futuro geopolítico, con una significativa porción de la población aún escéptica sobre los beneficios de unirse al bloque europeo. Las preocupaciones sobre las reformas económicas necesarias y el impacto en la soberanía nacional destacan entre los principales puntos de debate. El resultado del referéndum, por tanto, será crucial para definir el rumbo definitivo de Moldavia en los próximos años, poniendo a prueba la capacidad de Sandu para unir al país en torno a su visión pro-europea.
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