El lunes, el rey Mohamed VI concedió indultos a 2.476 presos, incluidos diez periodistas y activistas, tras las críticas internacionales de derechos humanos. Sin embargo, figuras disidentes clave como el exministro Mohamed Ziane y el líder del Movimiento Hirak del Rif, Naser Zefzafi, no fueron beneficiadas, lo que sugiere una imputación selectiva. Ziane, encarcelado por desviar fondos electorales, y Zefzafi, condenado por liderar protestas masivas en 2016, continúan en prisión. Ziane y allegados creen que su exclusión responde a sus críticas al rey en «El Independiente». Activistas consideran la medida real como un gesto incompleto y motivado por la presión internacional, sin una verdadera intención de reforma política. Mientras tanto, indultados como Omar Radi, condenado por violación y espionaje, instan a la liberación de más presos políticos, soñando con un cambio político en Marruecos.
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