En un contexto de creciente descontento social, miles de jóvenes se manifestaron en el centro de la ciudad reclamando cambios profundos en las políticas gubernamentales, centrándose principalmente en la educación y el empleo. A pesar de que algunos sectores criticaron la actuación de la monarquía, la protesta no tuvo como objetivo directo a la institución real. Los manifestantes exigieron mayor transparencia y oportunidades, reflejando una creciente desconfianza hacia las autoridades actuales, que parecen perder credibilidad entre las nuevas generaciones.
La manifestación transcurrió en su mayoría de manera pacífica, aunque hubo momentos de tensión con las fuerzas del orden. Los organizadores enfatizaron su intención de mantener el foco en las demandas sociales, subrayando la necesidad de ser escuchados por un gobierno al que acusan de ignorar sus necesidades. Esta movilización representa un llamado urgente a la acción, en medio de un escenario político cargado de incertidumbres, donde las voces jóvenes buscan un cambio significativo y sostenible en la estructura socioeconómica del país.
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