El nombramiento de Mohamed al Bashir como primer ministro de Siria hasta marzo de 2025 marca un hito en la historia política del país tras la caída de Bashar Asad. Al Bashir, nacido en Jabal Zawiya en 1983, ha sido seleccionado por los rebeldes para liderar la transición luego de más de cinco décadas de gobierno bajo la familia Al Asad. Con formación en Ingeniería Eléctrica y Sharía, ha dedicado su carrera a convertirse en un influyente político al servicio de la oposición. Su designación fue respaldada por Ahmed al Sharaa, líder islamista responsable de la ofensiva insurgente que logró derrocar a Asad. En su primer acto como primer ministro, Al Bashir se reunió con miembros del anterior gobierno para allanar el camino hacia una transición política en Siria.
Anteriormente, Al Bashir lideró el Gobierno de Salvación en Idlib, una de las pocas áreas liberadas del control de Damasco. Durante su mandato, intentó modernizar la región y ofrecer soluciones humanitarias para una población duramente castigada por la guerra civil, con grandes desafíos económicos y sociales. Sin embargo, enfrentó críticas tanto por el papel opresivo del Hayat Tahrir al Sham (HTS), con el que está vinculado, como por las protestas sostenidas en su contra, alimentadas por el malestar social y político. Las unidades de seguridad de HTS llevaron a cabo acciones represivas contra manifestantes, mientras que Al Bashir buscó apaciguar a los descontentos con un decreto de amnistía. El contexto de esta transición sigue siendo complejo, una situación que el nuevo líder debe manejar con sensibilidad para alcanzar una estabilidad duradera.
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