Suzanne Valadon, inicialmente conocida como Marie-Clémentine Valadon, comenzó su carrera artística como modelo de prominentes pintores en el París del siglo XIX, incluidos Toulouse-Lautrec y Renoir. Su paso de modelo a pintora no fue sencillo en un entorno dominado por hombres, pero su talento fue reconocido por figuras como Degas. A lo largo de su vida, Valadon se formó como artista y desarrolló un estilo propio caracterizado por la figuración, colores vibrantes y siluetas delineadas. Su perspectiva única sobre el desnudo femenino y su capacidad para capturar la intimidad femenina la destacaron, permitiéndole gozar del éxito en vida, aunque póstumamente su nombre se vinculó principalmente a su hijo, el pintor Maurice Utrillo. La exposición retrospectiva en el MNAC resalta su trayectoria, influencias y la evolución de su obra, consolidándola como una figura importante en la historia del arte.
Leer noticia completa en El Pais.