En un giro inesperado para los vecinos de Arroyomolinos, una mujer aparentemente normal ha sido detenida junto a una familia dedicada al tráfico de cocaína. La mujer, que llevaba más de seis años viviendo en la zona, almacenaba más de 14 kilos de cocaína y otros 50 kilos de materiales para adulterar la droga en su vivienda. Su rol dentro de la operación era refinado: actuar como la «cocinera» del grupo, manipulando la droga para maximizar las ganancias. La familia, compuesta por una madre, un padre, un tío, una hija y la novia de esta, dirigía un lucrativo negocio distribuyendo cocaína a intermediarios en toda España.
La caída de la banda se precipitó cuando las autoridades interceptaron al tío en Murcia, transportando cocaína en compartimentos ocultos. Conscientes de la captura, el resto del grupo se reunió en una nave de Arroyomolinos, lo que facilitó su detención por parte de la policía. La red tenía un alto nivel de vida, a pesar de no contar con trabajos visibles. Además, la vivienda utilizada para el procesamiento de la droga carecía de medidas de seguridad, representando un peligro potencial para el vecindario. El grupo ahora se encuentra en prisión, tras desvelarse una operación que funcionó discretamente por años.
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