El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado un ambicioso plan para transformar la movilidad y las infraestructuras de la ciudad, con el objetivo de promover el uso del transporte público y reducir las emisiones contaminantes. La propuesta incluye la creación de más de 200 kilómetros de carriles bici, una expansión significativa de la red de autobuses y mejoras en el servicio de metro. Además, se proyecta la construcción de nuevos aparcamientos disuasorios en la periferia para incentivar a los ciudadanos a dejar sus vehículos en las afueras y utilizar el transporte colectivo. Esta estrategia busca no solo disminuir la congestión del tráfico en el centro de la ciudad, sino también mejorar la calidad del aire y el bienestar de los residentes.
El plan se enmarca dentro de la Estrategia de Sostenibilidad de Madrid 2030, que cuenta con un presupuesto inicial estimado en más de 1.000 millones de euros. Las autoridades aseguran que esta inversión no solo fomentará un entorno más limpio y saludable, sino que también generará un impacto económico positivo al crear empleo en sectores relacionados con la construcción y el transporte. No obstante, el proyecto ha suscitado críticas de algunos activistas y grupos ciudadanos que reclaman una mayor participación en la toma de decisiones y expresan su preocupación por posibles incrementos en los impuestos locales para financiar las obras. Mientras tanto, el consistorio destaca la importancia de actuar con rapidez y determinación para enfrentar los desafíos ambientales actuales y asegurar un futuro más sostenible para Madrid.
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