El reciente vínculo del hijo del ministro sueco de Migración, Johan Forssell, con grupos supremacistas blancos ha desatado un intenso debate político y mediático en Suecia. El joven de 16 años fue identificado por la publicación antirracista Expo como miembro de organizaciones ultraderechistas, incluyendo el Movimiento de Resistencia Nórdica, considerado terrorista por Estados Unidos. Forssell, conmocionado por el descubrimiento, explicó que había sido informado por los servicios de seguridad suecos y decidió no hacerlo público para proteger a su hijo. Aseguró que el joven está arrepentido y que las actividades radicales han cesado. El Primer Ministro, Ulf Kristersson, manifestó su apoyo al ministro, quien ha decidido no dimitir, aunque la oposición exige explicaciones.
La situación ha generado un escándalo político, poniendo de manifiesto las contradicciones del Gobierno y el Partido Moderado, que mantiene un acuerdo con el partido Demócratas de Suecia, conocido por su discurso ultraderechista. La oposición critica el doble rasero del ministro, que previamente había sido severo con el extremismo mientras abogaba por la responsabilidad parental en casos similares. El artículo de Expo detalla cómo el hijo del ministro participó en actividades de reclutamiento para grupos neonazis, aprovechando redes sociales y actividades deportivas. Este caso resalta un problema social más amplio respecto a la radicalización de jóvenes en Suecia, impulsada por organizaciones que utilizan estrategias de reclutamiento basadas en camaradería y una visión idealizada de la violencia.
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