La renuncia de Marta Elena Feitó Cabrera, ministra de Trabajo de Cuba, marca un acontecimiento inusual en el monolítico gobierno cubano, donde las críticas internas rara vez alteran la cohesión del Partido Comunista. La dimisión se produjo tras sus controversiales declaraciones en el Parlamento, donde afirmó que en Cuba no existen mendigos, sino personas «disfrazadas». El Ejecutivo cubano informó a través de una nota en el noticiero nocturno que Feitó reconoció sus errores, lo que llevó a su salida del cargo. Las palabras de Feitó generaron un profundo malestar tanto en la oposición como en el seno del propio aparato gubernamental.
El presidente Miguel Díaz-Canel públicamente desaprobó a Feitó, enfatizando la responsabilidad de la Revolución en no dejar a nadie atrás. A través de su cuenta de X, Díaz-Canel expresó la necesidad de sensibilidad en el enfoque hacia las personas vulnerables, discutiendo abiertamente la existencia de desigualdades y las realidades de las personas en situación de calle en Cuba. El incidente resalta las tensiones dentro del gobierno en medio de una severa crisis económica. La situación ha sido agravada por la pandemia de covid-19, que ha profundizado el éxodo de la población y dejado al gobierno del país caribeño enfrentándose a crecientes problemas internos.
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