Organizaciones ambientalistas y grupos locales han expresado su preocupación ante un nuevo proyecto turístico en la región, alertando sobre el impacto negativo que podría tener en el medio ambiente. Denuncian que el plan ha pasado por alto evaluaciones críticas sobre sostenibilidad y conservación, y temen que la llegada masiva de turistas agrave problemas existentes como la contaminación y la degradación del ecosistema. A pesar de las promesas de inversión y desarrollo económico por parte de los promotores, críticos afirman que las consecuencias a largo plazo podrían ser irreparables para la biodiversidad local.
Los residentes también se muestran inquietos por el impacto social y cultural que podría tener la mayor afluencia de visitantes. Argumentan que el turismo masivo no solo pondría en riesgo el equilibrio ecológico, sino que también podría transformar de manera irreversible el carácter de la comunidad local. Los detractores exigen que se realicen estudios más exhaustivos y que se adopten medidas concretas para mitigar el impacto ambiental antes de proceder con el desarrollo del proyecto. Mientras tanto, el debate continúa, reflejando un creciente dilema entre el progreso económico y la preservación del entorno natural.
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