Las manifestaciones iniciadas por estudiantes durante la mañana han evolucionado a una movilización más amplia con la participación de personas de todas las edades en diversas ciudades del país. Estas protestas, que se originaron con demandas específicas del sector estudiantil, han captado la atención y el apoyo de una sociedad preocupada por la situación actual. La creciente participación refleja un sentimiento compartido de descontento y una demanda de cambios sustanciales por parte del gobierno.
A lo largo del día, las calles se han llenado de pancartas y consignas, mostrando una solidaridad intergeneracional. Las manifestaciones permanecen pacíficas, aunque firmes, con una destacada presencia de familias, trabajadores y colectivos sociales. La amplia cobertura mediática está elevando la presión sobre las autoridades para que respondan a las inquietudes planteadas, mientras las manifestaciones continúan en diferentes regiones, mostrando un movimiento en expansión que une diversas voces del país.
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