Miles de manifestantes se congregaron en Tel Aviv para expresar su descontento con las últimas decisiones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El sentimiento predominante entre la multitud, a la que se unieron tanto familiares de rehenes como ciudadanos en general, fue de urgencia e indignación. La protesta surge en respuesta al plan del gobierno para ocupar toda la Franja de Gaza, decisión que, según los manifestantes, prioriza intereses políticos sobre la seguridad y la vida de los rehenes cautivos en Gaza desde hace casi dos años. Las demandas se centraron en detener la guerra, liberar a los rehenes y buscar soluciones diplomáticas para el conflicto, resaltando la posición de aquellos que aún creen en la convivencia pacífica entre dos estados.
La decisión de Netanyahu ha suscitado críticas a nivel internacional y ha generado tensiones internas, con muchos ciudadanos cuestionando la viabilidad de desplazar a casi un millón de personas en una región devastada por la guerra. Las críticas internas no se limitan a la estrategia militar; también se percibe un trasfondo político personal en las acciones del primer ministro, exacerbado por las tensiones con sus ministros de extrema derecha. Entre los manifestantes, prevalece el deseo de paz y la liberación de rehenes, con la esperanza de que alguna solución pueda llevar a una coexistencia pacífica, aunque sin la presencia de Hamás.
Leer noticia completa en El Pais.