Miles de personas se congregaron en las calles convocadas por la Plataforma por la España Constitucional, en una manifestación que resonó con gritos de «Nuestro presidente es un delincuente» y «Sánchez, dimisión». Los manifestantes se dieron cita para expresar su descontento con el gobierno actual, acusando al presidente de ir en contra de los valores constitucionales del país. Las consignas enérgicas reflejan una creciente frustración entre ciertos sectores de la población que exigen un cambio de liderazgo y cuestionan las decisiones políticas del ejecutivo español.
El evento reunió a ciudadanos de diferentes regiones, con un amplio espectro de edades, que portaban banderas y pancartas en defensa de lo que consideran es la protección de la Constitución. Durante la jornada, los organizadores hicieron uso del megáfono para transmitir un mensaje de unidad y lucha por lo que denominan una «España auténtica». La manifestación transcurrió de manera pacífica, aunque con un fuerte despliegue policial que garantizó la seguridad y el orden en medio de las protestas. La convocatoria es vista como una muestra del pulso político actual en España, evidenciando un clima de polarización y debate sobre el rumbo del país.
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