La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) celebrada en las cercanías de Washington estuvo marcada por momentos inesperados que captaron la atención de los asistentes. En la primera jornada, la sorpresa fue la intervención del magnate Elon Musk, aliado del presidente estadounidense Donald Trump. Musk, quien no estaba inicialmente en el programa, apareció en el escenario con su característica gorra y gafas de espejo, siendo ovacionado por el público. En un gesto inusitado, Musk presentó al presidente argentino Javier Milei, quien le regaló una motosierra con la inscripción «¡Viva la libertad carajo!», emblema de su campaña política. La imagen de Musk con la motosierra simbolizaba su compromiso de reducir gastos y adelgazar la administración del gobierno, una misión encomendada por Trump que ha resultado ya en el despido de miles de funcionarios.
Por su parte, el presidente Milei arribó a Washington en medio de turbulencias políticas derivadas del escándalo con la criptomoneda Libra, que ha provocado denuncias judiciales y un pedido de juicio político en su contra. A pesar de las controversias, Milei buscó consuelo en su relación con Trump y respaldo de Musk. El presidente argentino también espera cerrar un acuerdo crucial con el Fondo Monetario Internacional para obtener un financiamiento de al menos 10.000 millones de dólares, necesario para aliviar las restricciones cambiarias y fomentar la inversión. Sin embargo, su viaje no incluyó un encuentro formal asegurado con Trump, aunque la comitiva confía en que al menos habrá una reunión informal durante la clausura del CPAC. Mientras tanto, Milei intenta reforzar su imagen y sostenerse sobre las alianzas externas en un intento por superar las crisis nacionales.
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