El reciente triunfo electoral de Javier Milei, quien obtuvo el 40,8% de los votos para renovar el Congreso, ha sorprendido por su magnitud, colocando a la ultraderecha como una fuerza dominante en Argentina. La victoria de Milei es significativa, ya que el gobierno enfrentaba desafíos económicos apremiantes, incluidos casos de corrupción y vínculos con el narcotráfico, además de la dependencia de un rescate financiero de Donald Trump. Su partido, La Libertad Avanza, logró una victoria notable en Buenos Aires, un distrito clave, y en provincias importantes como Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Milei ha prometido una transformación política y económica, a pesar del entorno complicado por renuncias dentro de su gabinete y la necesidad de formar nuevas alianzas para asegurar la gobernabilidad.
En su discurso triunfal, Milei agradeció a sus ministros y llamó a unir fuerzas con la oposición, destacando un Congreso más reformista desde diciembre. Sin embargo, enfrenta el reto de no contar con quórum propio, lo que le obliga a buscar apoyo entre otros partidos. La alianza estratégica con Trump y el discurso polarizador fueron cruciales para movilizar a votantes antiperonistas, aunque la situación económica y las tensiones internas persisten como desafíos para su administración. Con el respaldo del FMI y la expectativa de redefinir su equipo y políticas, Milei busca estabilizar su gobierno en un contexto de creciente inestabilidad política y económica en Argentina.
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