Diego Santilli, quien recientemente logró un inesperado triunfo en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, ha decidido no asumir su banca de diputado. En lugar de eso, se le ha encomendado una nueva y estratégica tarea: gestionar la relación del gobierno nacional con las 24 provincias argentinas. Esta decisión, anunciada solo una semana después de su victoria electoral, subraya la confianza del gobierno en Santilli para fortalecer los lazos interprovinciales y garantizar una gobernabilidad más cohesionada a lo largo del país.
El movimiento ha sido interpretado como un esfuerzo del ejecutivo nacional para consolidar su posición y construir puentes con los gobiernos provinciales. Especialistas señalan que Santilli, con su experiencia política y habilidades diplomáticas, está bien posicionado para enfrentar este desafío. En momentos de alta polarización política, el papel de Santilli será crucial para coordinar esfuerzos y presentar una imagen de unidad entre las distintas regiones del país. Su elección ha sido vista tanto como una sorpresa como una señal de la estrategia del gobierno para la gestión de las relaciones federales en un período crítico.
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