La sorpresiva renuncia de Gerardo Werthein a su cargo directivo ha generado un revuelo significativo en la organización internacional que lideraba. Werthein, quien había llevado a cabo varios proyectos clave, decidió dejar su puesto debido a desacuerdos internos sobre la futura dirección estratégica. Esta decisión desestabilizó la estructura jerárquica, causando preocupación entre los miembros sobre el impacto en iniciativas en curso y la planificación a largo plazo.
Para enfrentar esta crisis, la organización ha adoptado medidas rápidas. Se designó un comité provisional para asegurar la continuidad de operaciones mientras se busca un nuevo líder adecuado. Además, se ha iniciado un proceso de revisión interna para ajustar las estrategias y mejorar la comunicación interna. Estas acciones buscan restaurar la confianza y garantizar el cumplimiento de los objetivos institucionales en un contexto de incertidumbre, marcando un periodo de transición que podría redefinir el rumbo de la organización.
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